martes, 24 de noviembre de 2009

Vocación por mi gentilicio

Hace poco, coincidiendo con un cumpleaños más de Bayamo, escribía que sentía gran orgullo por ser bayamés y es que llevo tan arraigado este gentilicio que en cualquier lugar del país donde he estado siempre ha sido para mí un honor manifestar que soy bayamés.
En ello no hay nada de regionalismo, cada cual debe sentir inmenso amor por el terruño que lo vio nacer, pero para mí es algo especial pues este pueblo que fuera la segunda villa fundada por los españoles en la isla, el 5 de noviembre de 1513, ya hoy con casi 500 años, está muy presente en la historia de Cuba.
Recordemos que en la primera guerra independentista iniciada por Carlos Manuel de Céspedes el 10 de octubre de 1868, pocos días después fue tomado Bayamo y el 20 de ese mes el pueblo cantó la letra de nuestro Himno Nacional, que precisamente dice: Al combate corred, bayameses.
Esta sirvió durante 82 días de plaza al Gobierno provisional independentista y sus hijos dieron un imperecedero ejemplo al preferir quemar a su ciudad antes que volver a entregarla a los colonialistas, brillante página escenificada el 12 de enero de 1869.
Otro hecho que también tiene lugar en la ciudad es el asalto al cuartel de la tiranía, mal nombrado Carlos Manuel de Céspedes, que ocurriera el 26 de julio de 1953, al mismo tiempo que ocurrían acciones similares en la fortaleza del Moncada en Santiago de Cuba por jóvenes de la Generación del Centenario encabezados por el líder cubano Fidel Castro Ruz.
Bayamo sería declarada Monumento Nacional en 1935, título ratificado luego del triunfo revolucionario de 1959.
Hoy es una próspera ciudad con más de 144 mil habitantes según el Censo del 2002, que ha crecido enormemente en los últimos 50 años para beneplácito de todos los que la habitamos, y sigue su continuo desarrollo sin perder sus esencias.
Por eso sigo apegado a esta tierra y me honro al decir donde quiera que me encuentre que soy bayamés.