No sé por qué siempre he comparado al
periódico La Demajagua como un viajero singular, será porque para su nacimiento
hubo que viajar también en su desarrollo
muchas veces se necesitó el traslado a otros lugares para hacer realidad la
impresión y en la actualidad él se mantiene en la carretera, y más aún, por el
mundo.
Cuando surgió en el año 1977 por imperativos
de la creación de la nueva provincia Granma, la edición se llevó al Sierra
Maestra, de Santiago de Cuba, para que allí se imprimiera pues aquí la maquinaria
del taller no estaba lista.
Es válido recordar que aquella edición del
10 de octubre, coincidía con la celebración de la asamblea provincial del
Partido en este territorio y contenía el Informe de balance a esa cita.
Con el encargo de que se cumpliera la tarea
de que el periódico estuviera ese día temprano en manos de los delegados al
evento partidista, fueron con el material para su impresión a la capital
santiaguera José Ramón Morales, quien a la sazón fungía como subdirector de La
Demajagua, con él también fue otro periodista, Ramón Ávalos Wert, ambos tiempo
después pasarían a desempeñarse en la Agencia de Información Nacional.
Ese primer número se imprimió en Santiago de
Cuba y ya en horas de la madrugada estaba en Bayamo; Morales les daría la buena
nueva a las principales autoridades del Partido y situaría un ejemplar del
“bebé viajero” en cada butaca del teatro del Partido para los delegados a la
asamblea que allí sesionaba.
Durante esos primeros años y los posteriores
muchas fueron las ocasiones que por diversos inconvenientes en el taller de La
Demajagua, ya fuera con la realización de los fotograbados, en la matrización u
otras roturas en máquinas, obligaba a los impresores a ir en horas de la noche
a Santiago de Cuba, Holguín o Las Tunas para que en la mañana siguiente el
órgano informativo estuviera en manos de los lectores.
Más tarde, allá por el año 2000, ya
convertido en semanario y con el comienzo de otra etapa en la vida de este
rotativo, con la entrada de las computadoras para su realización y por
consiguiente tener que cambiar de la impresión directa a la offset, y no contar
con esta última en los talleres del Poligráfico bayamés, se impone realizarla
en la fábrica de periódicos José Miró Argenter, de Holguín.
Con las computadoras para la edición,
realización y diseño, comenzó en La Demajagua una nueva era de viajes, pues las
páginas, que “viajaban” a través del correo electrónico, primero caerían a un
“nodo” en la capital del país para luego retornar a Holguín.
Luego se obvió el correo electrónico y se
instaló un programa para la transmisión de datos en forma directa entre nuestra
Redacción y los compañeros del Argenter en Holguín, sistema que aún se mantiene
cada viernes en horas de la tarde-noche cuando cierra el periódico.
Ahí no termina el andar, pues, con la
creación de las páginas web, ya La Demajagua lleva más de 10 años en el
ciberespacio, con lo que puede ser visto diariamente y a cualquier hora en todos
los lugares del mundo con acceso a internet a través de la dirección
electrónica www.lademajagua.co.cu.
Sin
dudas, este periódico granmense que ahora cumple sus primeros 35 años de vida,
seguirá por mucho tiempo como el eterno viajero que es, para llevar el mensaje
fresco y veraz al público lector.
No hay comentarios:
Publicar un comentario